SANTOS CON PERROS Y

PERROS SANTOS
Los Perros, los mejores y más antiguos amigos del género humano, también se han relacionado con los santos y con personajes de la historia sagrada, e incluso, no sóo han acompañado a esas venerables personas, sino que uno que otro can ha alcanzado el rango de santo, ha obrado milagros y ha isfrutado de las delicias del Paraíso.

 

Abel

En la Biblia, en el Antiguo Testamento, en el Génesis, se menciona que Abel, hijo de Adán y Eva, era pastor de ovejas, por lo que se puede inferir que en su tarea era aistido por uno o varios canes. La tradición oral dice que cuamdo fue asesinado por su hermano Caín, sus fieles perros protegieron su cuerpo inerte para que no fuera devorado por las fieras.

Tobías

En el libro de Tobías, se narra el largo viaje y vicisitudes de un muchacho al que su padtre ciego le encarga cobrar una suma de dinero en una ciudad distante. Tobías parte acompañado por un ángel que lo guiará y aconsejará, pero disfrazado de ser humano, por lo que no le revela su verdadera esencia. Asimismo, los escolta un leal perro, el cual no se separa de ellos. Tpbías regresa a su hogar con el dinero cobrado, casado con una bella muchacha a la que libró de un demonio y con la cura para que su padre recupere la vista. Por último, el ángel se manifiesta como tal. El fiel perro que viajó con ellos, fue mudo testigo de la fascinante aventura

 

San Lázaro

En el Evangelio de San Lucas aparece una parábola de Jesús en la que se habla de un hombre muy pobre y enfermo llamado Lázaro, al cual se acercaban los perros para lamer las llagas que lo afectaban. Al morir, fue recompensado por los muchos males y privaciones que padeció en vida y fue llevado por los ángeles junto al patriarca Abraham.

A este personaje se le suele confundir con Lázaro de Betania, a quien Jesús resucitó de entre los muertos. Se le representa como un anciano muy delgado, con la piel cubierta de llagas, apoyándose en bastones o en muletas y acompañado de perros. Se le ha considerado patron de los enfermos de lepra.

En la santería cubana, el Babalú Ayé es reconocido en la imagen de San Lázaro, entre otras cosas, por ser la deidad de las enfermedades que afectan la piel y por estar acompañado de canes, regalo de otro Dios llamdo Ogún.

 

San Eustaquio

Es patrono de los cazadores, pues la cacería era una de sus actividades favoritas. Se dice que durante una partida de caza. le salió al encuentro un hermoso ciervo con un crucifijo entre los cuernos y que un maravilloso resplandor iluminaba al objeto sagrado. Al tiempo, escuchó una voz que le decía: "¿Por qué me persigues?", ya que al ser un general romano había acosado implacablemente a los cristianos.

Despúes de la fabulosa visión se hizo bautizar con el nombre de eustaquio, siendo después perseguido y martirizado hasta la muerte, a principios del siglo II. Por ser un cazador siempre se le representa acompañado de perros

 

San Cristóbal

En el siglo III, Ofero era un gigante que ayudaba a las personas a cruzar un caudaloso río llevándolas sobre su espalda. En cierta ocasión un niño pequeño le pidió ayuda y el titán se sorpendió del enorme peso del chiquillo. El niño Jesús, pues no era otro, le digo que aquella inmensa pesadez se debía a que él cargaba los pecados del mundo. Entonces, lo bautizó como Cristóbal y le pidió que predicara en su favor.

En algunos antiguos iconos de la iglesia ortodosa, San Cristóbal es representado con cabeza de perro, pues se decía que pertenecía a la tribu de los marmaritas del norte de África, de los cuales se tenía la creencia de que era cinocéfalos (cuerpo humano y cabeza de can).

 

San Quirico

Existen varios santos con este nombre y se desconoce la historia de la mayoría. A veces se puede ver la rara imagen de un niño que sostiene una hoja de palma (símbolo del martirio), acompañado de un perro. Se trata de un pequeño romano llamado Quirico, al que por su fe y antes de matarlo, le cortaron las manos y se las arrojaron a los perros para que las devoraran.

Se le suele asociar a un niño mártir de igual nombre, que en el año 303 murió junto con su madre por ser cristianos.

 

San Humberto

La experiencia mística de San Eustaquio, volvió a ser vivida por un noble llamado Humberto, nacido en el siglo VII en Aquitania. Siendo muy aficionado a la caza, en una batida en la que perseguía con su jauría a un ciervo, éste lo encaró y Humberto observó que entre las astas del animal había un crucifijo inmerso en una bellísima luz. Se dedicó desde entonces al servicio de Dios y se convirtió en otro de los patronos de los cazadores y por su asociación con los perros, en un eficaz protector en contra de la rabia. Sus imágenes lo muestran acompañado de su jauría, misma que daría origen al perro de San Humberto (Bloodhound).