¡QUÉ ESCANDALO!

 

El ladrido es el sonido más distintivo que produce el perro y su continuo uso lo distingue de su antecesor el lobo, quien lo utiliza de manera muy limitada. La causa de que el perro ladre más que el lobo a ciencia cierta se desconoce; una de las teorías más aceptadas aceptada es que se debe a la condición de neotenia del perro ( el perro manifiesta en su adultez comportamientos que el lobo manifiesta sólo durante su infancia y juventud), y que la exhibición de este comportamiento benefició a los individuos que lo mostraban, pues al ser este rango útil a los hombres (como señal de alarma), privilegiaron y seleccionaron a los animales que más labraban.

Con este antecedente ya no es posible entender que el ladrido no es un molesto ruido sin sentido, al contrario, es parte del amplio repertorio que el perro posee para comunicarse con nosotros: su tono duración y ritmo, se complementa con el lenguaje corporal para entregarnos mensajes claros y específicos: desde dar un tono de alarma a su familia ante una potencial amenaza, saludar a las visitas que ya conoce, haste recibirte cuando llegas, llamar tu atención para pedir algo, expresar molestias o dolor, y toda una gama de emociones (contento, enojado, con miedo).

 

Tipos de ladridos

Su significado depende del tono que use el perro al ladrar, la duración de cada ladrido y la intermitencia entre ellos. También pueden combinarse con gruñidos pueden darse en situaciones de juego como parte del mismo sin significar amenaza. Cuando intercalan aullidos posiblemente se sienten solos y llaman a su familia.

En uno de sus libros, El DR. Stanley Coren, especialista en psicología canina, registra 27 formas y combinaciones básicas de ladridos.

Podrás notar que en un momento de alegría (como cuando llegas a casa), el tono será alto y continuo, al contrario del tono medio que usa cuando nos alerta de la presencia de un extraño, o el tono bajo e intenso que usa para defender el hogar. Incluso puede emitir un ladrido profundo y breve en tono bajo indicará que el perro quiere tu atención.

Ten en cuenta la talla de tu perro para aprender a distinguir los tonos altos delos tonos bajos (perros grandes = voz más grave, perros pequeños = voz más aguda).

 

Adiestrando sus ladridos

Los episodios como el del ejemplo que está al inicio de este artículo no sólo generan tensión y frustración en el humano que no logra que el perro guarde silencio, sino también generan tensión y mucha frustración en el perro que sólo intenta comunicarse de la única manera que él conoce. Para ello, un par de ejercicios de adiestramiento, en combinación con nuestra responsabilidad de entender y atender a nuestro perro, podrán ayudarnos mucho cuando el problema es simplemente una barra del leguaje. Enseñar a nuestro perro a ladrar y callar ante una señal verbal o visual es posible y muy fácil.

Una manera de enseñar a tu perro a ladrar es acomodarte con él es una habitación y mostrarle en tus manos su juguete favorito sin permitirle que lo tome (ver el ejercicio de obediencia del número 156 de animales de compañía). Fíntalo un poco con el juguete para provocar que ladre pidiéndote que se lo des; cuando esto suceda di “ladra” y permítele tomar el juguete y juega unos segundos con él. Repite el procedimiento varias veces alrededor de dos minutos y descosen uno, luego empiecen de nuevo. Después de algunas repeticiones con este juego tu perro asociará tu palabra “ladra” con la acción de ladrar.

Ya que tu perro sepa ladrar bajo una señal, puedes enseñarle a callar cuando se lo pidas. En algún momento en que no haya razón para que el perro ladre, pídele que lo haga, felicítalo y juega con él por hacerlo; la siguiente vez que se lo pidas y ladre, pon un premio de comida frente a su nariz, esto hará que se calle para poder olfatear la comida, y cuando calle, dile “silencio” en voz baja y del el premio, repite un par de veces más y descansen. Repitan varias veces por dos minutos y descansen uno, y sigan así cinco minutos por sesión. Aprendidos estos comandos, es hora de aprender nosotros a hacer lo que nos toca en favor de nuestro amigo.

 

Aprende a escucharlo

La regla es muy sencilla: atienden a los llamados de tu perro. El ladrido, como se dijo al principio, es una forma de comunicación, es un mensaje que espera ser atendido (¡nadie envía mensajes esperando ser ignorado!). Si tú dices “Fido”, esperas que tu perro acuda, en congruencia con esto, atiende a los llamados de tu perro cuando avise de algún extraño cerca: tu amigo canino ladra llamando a su figura de seguridad, y si te presentas ahí cuando te necesita, no sentirá la necesidad de seguir llamándote. Entonces ahí de manera tranquila, puedes pedirles que guarde silencio y se callara.

Por increíble que parezca, este comportamiento es extrapolable a situaciones de visitas y calle (las visitas pueden ayudar apoyándose con algunos ricos premios durante la llegada). Una advertencia: si al acudir las visitas lo hacen gritando y manoteando, el mensaje que recibirá tu perro será el de seguir ladrando, pues verá que otros se unen al coro de alarma y rechazo.

No se trata de “imponerte como el líder”, sino de intervenir como cabeza del grupo que formas con él indicarle que todo está bien y agradecerles por cuidar a la familia. Hacer esto fortalecerá la seguridad de tu perro y tu vínculo con él, pues sabrá que tiene a alguien a quien acudir y que no lo deja solo en situaciones de potencial amenaza. Incluso verás surgir otros tipos de ladridos y comportamientos en otras situaciones, pues tu amigo canino tendrá más confianza en expresar su deseo y necesidades ante ti, y habrá ocasiones en que esa comunicación te arrancará más de una sonrisa.